La Wi-Fi es gratuita, se distribuye comida a los necesitados y los animales son bienvenidos. Se puede uno sentar tranquilamente en las banquetas verdes, consultar los correos electrónicos, asistir a misa o confesarse a las 3 de la mañana.
Hay un distribuidor automático de donativos. Las puertas permanecen abiertas las 24 horas del día. Es la «nueva» iglesia de San Antón. Abierta en 2015 por iniciativa del Padre Angel, responsable de la fundación «Mensajeros de la Paz», dedicada a obras sociales y ayuda humanitaria. «Hacía años que quería construir un hospital de campaña para los creyentes, en un barrio popular del centro de la ciudad», explica.
Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, hizo realidad su sueño al cederle un edificio de finales del siglo XVIII, mezcla de barroco y neoclásico, cerrado durante 15 años y situado en Chueca, barrio popular, gay y lugar de marcha de la vida nocturna madrileña. El resultado es sorprendente. Una alfombra roja acoge a los visitantes acompañados por música gregoriana. Colgados de las columnas en falso marmol, pantallas de televisión retransmiten las misas desde el Vaticano. Se puede recargar un teléfono movil en múltiples enchufes o cambiar a un bebe en los baños. Treinta personas duermen habitualmente, durante la noche, sobre los bancos de la iglesia, con colchonetas y mantas ofrecidas ahí mismo.
El lugar es un espacio de recogimiento y de celebración religiosa, pero también es un lugar de asistencia social y de escucha. Es, sobre todo, una iglesia que provoca el encuentro entre la gente e invita a entrar.
Según el padre Angel, éste modelo refleja la evolución de la iglesia bajo el impulso del Papa Francisco. En una gran pancarta al fondo del edificio se lee : «El Papa Franciso pide que la iglesia abra las puertas de sus templos en todo lugar. Para que aquel que busca a Dios no se encuentre con el frio de las puertas cerradas».