Bruno Arbesú realiza imágenes de la imagen de una muchedumbre mirando una imagen. Es decir, toma nota de la superposición de capas de representación que cubren a la palabra y la sepultan en un sistema social y político formateado por las pantallas.
El Mitin que, en principio, es el momento en que la comunicación se establece en directo entre el político y su público, sus partidarios, no escapa hoy a una escenografía que integra las imágenes, el sonido y la música. Cuando el silencio y la quietud fotográfica observan esos momentos de confusión organizada, los artificios de la puesta en escena saltan a la vista : organización de simbolos y colores, esloganes simples, elaboración de una impresión de masa y alborozo colectivo. Si nos fijamos en la imagen de lo político, Bruno Arbesú analiza el fondo de la política post-moderna, que confronta menos las ideas que los « modos de ver », menos las ideologias o las creencias que los modos de simulación de la creencia. Todo ello bajo una forma teatral aceptada y compartida a partir de una renuncia a las certezas y las verdades trascendentales.
Christian Maccotta